Pero mejor leamos lo que dice la autora:
Que te recontra-tapa
Cuando sos mamá por primera vez te entusiasmás leyendo cuanta revista o libro encontrás del tema. Charlando en la plaza con otras madres solo para acotar “¡tal cual!” luego de haber escuchado con atención el relato de cómo el nene escupe la papilla. Pero cuando tu hijo no es igual al promedio, ¿con quién te identificás? Con una hija con un diagnóstico similar al autismo, encontrar bibliografía con la que pudiera sentirme acompañada tampoco era sencillo. En las librerías me recomendaban títulos al estilo “Mi angelito…”, “Mamás especiales…”, “Un mensaje divino…” y quería salir corriendo a pedir ¡autoayuda! a otro lado. No me siento tan especial, ni soy demasiado creyente. Por eso me embarqué a escribir éste. Para que cuando alguna mamá preocupada, culposa, desorientada o cansada quiera buscar alguna identificación en sus propias macanas pueda encontrarla. Para que algunos terapeutas, médicos y especialistas que tantas veces están tan alejados de lo que nos pasa a los padres, puedan ponerse en nuestro lugar. También para que otros desprevenidos que miran raro, juzgan de inmediato, creen que las diferencias son errores a enmendar y se consideran el límite de la normalidad , puedan pararse en otra vereda y ver que los grises son lo que dan volumen a las cosas. Porque sobre todo, estoy convencida de que lo que se pueda tomar con una cuota de humor y donde puedas encontrar un lado positivo a las dificultades, aliviana mucho la carga.
Cuando sos mamá por primera vez te entusiasmás leyendo cuanta revista o libro encontrás del tema. Charlando en la plaza con otras madres solo para acotar “¡tal cual!” luego de haber escuchado con atención el relato de cómo el nene escupe la papilla. Pero cuando tu hijo no es igual al promedio, ¿con quién te identificás? Con una hija con un diagnóstico similar al autismo, encontrar bibliografía con la que pudiera sentirme acompañada tampoco era sencillo. En las librerías me recomendaban títulos al estilo “Mi angelito…”, “Mamás especiales…”, “Un mensaje divino…” y quería salir corriendo a pedir ¡autoayuda! a otro lado. No me siento tan especial, ni soy demasiado creyente. Por eso me embarqué a escribir éste. Para que cuando alguna mamá preocupada, culposa, desorientada o cansada quiera buscar alguna identificación en sus propias macanas pueda encontrarla. Para que algunos terapeutas, médicos y especialistas que tantas veces están tan alejados de lo que nos pasa a los padres, puedan ponerse en nuestro lugar. También para que otros desprevenidos que miran raro, juzgan de inmediato, creen que las diferencias son errores a enmendar y se consideran el límite de la normalidad , puedan pararse en otra vereda y ver que los grises son lo que dan volumen a las cosas. Porque sobre todo, estoy convencida de que lo que se pueda tomar con una cuota de humor y donde puedas encontrar un lado positivo a las dificultades, aliviana mucho la carga.
1 comentario:
que bueno que una alumna tuya este riunfando que alegria!!
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