Cine Crítica, Hoy: Wall-E

Wall-E es brillante por donde se la mire. Ya no hablamos de los maravillosos e increíbles efectos visuales a los que nos tiene acostumbrados la factoría Pixar. Hablamos más bien de una historia, pensada para cautivar a chicos y a grandes. Y es que Wall-E, el robotito que habita un solitario planeta Tierra en el 2700, abandonado a causa de la basura y la contaminación ambiental, logra atrapar al espectador desde el principio. Es cierto que tiene ciertas similitudes en cuanto a parecido "físico" con aquel también querible robot de "Cortocircuito" llamado nº 5, pero este pedazo de hojalata es tanto más expresivo, que parece casi humano (para bien o para mal). La "voz" de Ben Burtt (responable de sonido de Star Wars y por lo tanto de los chasquido de R2-D2) es un hallazgo insustituible y acertado, ya que dota al robotito de gran expresividad. Los primeros 30 minutos sin voces de la película son extraordinarios y casi chaplinescos, y hay momentos memorables, más adelante, como cuando Wall-E le muestra a Eva su "hogar". Sin golpes bajos y con mensajes ambientalistas, la película no decae en ningún momento y tampoco tiene un final "a lo Disney", lo que le agrega un plus extra. Altamente recomendable, Wall-E no es una película de ciencia ficción, ni de efectos especiales, es en definitiva una película de amor.