miércoles, 13 de febrero de 2008

Caricaturas de Mahoma: frustran intento de asesinato de uno de los dibujantes

Las polémicas caricaturas de Mahoma que, recordemos , causaron la muerte de más de un centenar de personas a raíz de protestas de militantes musulmanes integristas en distintos países de esa religión, volvieron a dar que hablar. La policía danesa detuvo ayer a tres personas a las que acusó de estar preparando el asesinato de uno de los dibujantes de las caricaturas de Mahoma publicadas en setiembre de 2005 en el diario danés Jyllands-Posten. El objetivo de los detenidos era Kurt Westergaard (autor del dibujo que vemos en este post), de 73 años, quien dibujó la caricatura que más críticas recibió y en la que aparecía Mahoma con un turbante en forma de bomba a punto de estallar. Westergaard reconoció ayer que teme por su vida "porque la Policía ya me había avisado de que había personas organizando mi asesinato, pero yo sólo hago mi trabajo y no sé cuánto tiempo tendré que vivir con protección policial". El director del diario, Carsten Juste, dijo que "es vergonzoso que un hombre que hace su labor respetando las leyes danesas y la ética periodística sea diabolizado y recompensado con amenazas de muerte". Las Naciones Unidas celebraron en mayo pasado el Día Internacional de la Libertad de Expresión reuniendo en el Museo del Cómic de Bruselas a 12 de los mejores caricaturistas de prensa. Plantu, el artista del diario francés Le Monde que publica en la tapa, aseguró: "La prohibición de los imanes no va a coartar mi trabajo". El israelí Kichka dijo entonces que "los límites están entre nosotros y nuestra conciencia". Estos dibujantes también señalaron entonces que los gobiernos de los países donde se produjeron las revueltas aprovecharon la crisis para apretar un poco más las tuercas a los medios que se atreven a discrepar de las políticas oficiales.
Más info en Clarín, La Nación y Radio Jai.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Esta claro que con actos como estos la libertad de expresión está en peligro.

CLAUDIO KAPPEL dijo...

Absolutamente, los fundamentalismos de cualquier tipo siempre van en contra de la libertad de expresión