Estaban en poder de una pareja que fue detenida en la localidad bonaerense de Glew. Además, Interpol halló otros 200 dibujos del autor que estaban siendo subastados en Austria, Bélgica, Canadá, España, Francia, Italia y los EE UU.
En una casa sin pretensiones de un barrio de clase media de Glew, 193 dibujos originales del historietista Alberto Breccia con un valor que superaba el millón de euros se amontonaban en un caja de cartón, convenientemente oculta en el doble fondo de un armario. Eran el remanente de más de 400 creaciones del artista que habían sido robadas de una caja fuerte en el año 2005 y aguardaban su turno para ser vendidas a coleccionistas en el exterior. Pero el 12 de febrero de 2010, una división especializada de Interpol encontró el botín, clausuró el contrabando y comenzó el proceso de repatriación de todas las obras adquiridas en los Estados Unidos, Canadá, España, Italia, Francia, Austria y Bélgica.
El material secuestrado incluye caricaturas, historietas, dibujos y pinturas y se estima que es la mitad de la obra que realizó Breccia a lo largo de su prolífica trayectoria.
Con la muerte del artista, en 1993, la familia inicio el trámite de sucesión para realizar la división de bienes entre los herederos directos y la esposa en segundas nupcias, pero al tratarse de un legado tan colosal como valioso, las partes decidieron dejarlo en resguardo de la empresa de seguridad Firme SA.
El 3 de marzo de 2005, la firma se declaró en quiebra pero hubo una noticia peor para los Breccia: todos los bienes del dibujante habían desaparecido de la caja fuerte.
La denuncia recayó en el Juzgado de Instrucción Nº 38 a cargo de la magistrada Wilma López, quien ordenó la intervención del Centro Nacional de Protección del Patrimonio Cultural dependiente de la Policía Federal e Interpol.
“Primero se procedió a insertar lo sustraído en la base de datos de obras de arte robadas de Interpol, a la que tienen acceso las policías de 188 países. Después, remitimos esa información hacía los lugares del mundo donde podían estar esas obras, principalmente en Europa y los Estados Unidos, y también chequeamos las páginas de Internet que se dedican a la venta de esos objetos. Con sorpresa descubrimos que en Italia se ofrecían diez de esos dibujos con pedidos de secuestro a un precio total de 100 mil euros”, confió a Tiempo Argentino, el subcomisario Marcelo El Haibe, a cargo de la investigación.
Los detectives también determinaron que otras creaciones de Breccia eran vendidas en subasta pública en Austria, Bélgica, Canadá, España y Francia por un precio de base de cada una que oscilaba entre los tres y los 5000 euros.
De inmediato y a través de exhortos, se pidió a las autoridades de cada uno de esos países el secuestro de los elementos robados y mal vendidos.
Pero el golpe más duro al tráfico de obras de arte recién se concretó en diciembre de 2009, cuando los investigadores detectaron que un portal argentino dedicado a la compra y venta de objetos por Internet ofrecía en su catálogo un dibujo original de Breccia.
La labor de inteligencia probó que el oferente vivía en la localidad de Glew y en febrero de 2010, con una orden de la jueza López se allanó una casa, donde se logró secuestrar gran parte de la obra robada, entre ellos, 97 láminas originales de caricaturas, otras 82 con historietas, un folio con inscripción “3106 – EL TONI”, un celofán con cinco tiras cómicas y un cuadro con la firma del autor.
“Revisamos las pertenencias y descubrimos escondidos en una caja 193 dibujos, que ascienden en el mercado internacional a un precio que supera el millón de euros”, explicó El Haibe.
Al mismo tiempo, se detuvo a la pareja que vivía en el lugar y se los procesó por “administración fraudulenta y encubrimiento”, medida que ya fue confirmada por la sala VII de la Cámara del Crimen en abril pasado.
“No se pudo probar que los imputados hayan sido los mismos que robaron las obras de la empresa de seguridad”, aclaró el oficial de Interpol.
El subcomisario también confirmó que se logró la identificación de todas las piezas originales que se encuentran en el exterior y que los juzgados de cada uno de esos países autorizaron su repatriación a la Argentina, que se concretará en los próximos días.
“Tenemos 193 obras recuperadas, como resultado del secuestro, más las que están ubicadas en Europa. Esto quiere decir que todavía no llegamos al número exacto, que calculamos, está alrededor de 400”, señaló la jueza López.
Por su parte, Cristina, una de las hijas del genial artista, mostró su preocupación por “no saber aún cómo se enteró el ladrón que los dibujos estaban en esa caja fuerte”.
“Esta obra –agregó– iba a ser expuesta, y no había necesidad de venderla. Sinceramente pensé que nunca más la íbamos a encontrar.
Patricia, su hermana menor, también explicó que lo robado “era lo mejor del trabajo” de su padre porque “allí están Mort Cinder o Vito Nervio y muchas ilustraciones infantiles de un altísimo valor”.
“Lo importante de haber recuperado la obra –concluyó la mujer– es que ahora se va a poder ver, porque eso es lo que mi papá hubiese querido.”
Fuente: Tiempo Argentino
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