El creador de Macanudo habla de las cinco mil tapas que dibujó, de su niñez, de la relación con los animales en la vida y en su obra, y de cómo sobrevivió a la escuela, donde cultivó el perfil bajo para evadirse de los patoteros. En los recreos dibujaba guerras de galaxias a modo de consuelo por ser un pésimo jugador de fútbol. Además, confiesa el amor inefable que siente por su hija Matilde y revela alguna rareza como su gusto por las pesadillas
Una extensa e interesante entrevista a Liniers en ADN Cultura de La Nación, entrando ACÁ.
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