Algo inesperado ocurre en un planeta distante, muy parecido al nuestro, pero con habitantes que lucen rasgos de extraterrestres bonachones, que viven felices como en cualquier ciudad norteamericana de fines de la década del 50. Una nave que baja del cielo (parecido al módulo lunar que en 1969 se convirtió en ícono de la campaña espacial emprendida por la Nasa) llega con un "invasor alienígena". Es que para los habitantes de ese mundo, donde todo parece ser redondo, los vehículos y la comida flotan, y las mascotas caseras son otros aliens (como los del film de Ridley Scott) que se comportan como perritos falderos, los humanos -eso es el astronauta Charles T. Baker- son un peligro para tener cuenta.
Este es el punto de partida de Planet 51 , la película de animación española en 3D con un costo de 80 millones de dólares (con participación de capitales estadounidenses y británicos) que nada tiene que envidiar a las de Pixar y que, pasado mañana, estrenará CDI Films en nuestro país, después de su preestreno, hoy, organizado por el Festival Internacional de Cine de Animación, Expotoons, que se realiza en Buenos Aires.
Este es el punto de partida de Planet 51 , la película de animación española en 3D con un costo de 80 millones de dólares (con participación de capitales estadounidenses y británicos) que nada tiene que envidiar a las de Pixar y que, pasado mañana, estrenará CDI Films en nuestro país, después de su preestreno, hoy, organizado por el Festival Internacional de Cine de Animación, Expotoons, que se realiza en Buenos Aires.
Para leer la nota completa: La historia de una invasión al revés
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